jueves, 21 de noviembre de 2013

El toro III. Vaca...!!!

"La tienta no es una fiesta. Ni una capea. ni un jolgorio. Ni ambas cosas a la vez..."

Esta es la afirmación de Fernando Fernández Román. Y lleva razón.
La tienta de ganado bravo es un acontecimiento de vital importancia para todas las ganaderías.  Es una operación que se realiza con ganado joven, generalmente cuando tienen entre uno y dos años, a fin de probar su bravura, poder y aptitudes para la lidia.
En la antigüedad, los ganaderos utilizaban una prueba muy simple que consistía en colocar en el centro de una corraleta un canasto de mimbre con un muñeco de trapo, se daba suelta al animal y se comprobaba cuantas veces embestía al canasto y al muñeco. Este sistema cayó pronto en desuso y se fueron adoptando otras formas para "probar" los animales.
Las formas clásicas de tentar se reparten entre entre las que se celebran en plaza cerrada y las que se realizan a campo abierto.
La primera operación a realizar en tienta a plaza cerrada es la selección de los animales que se van a examinar. Una vez seleccionados son conducidos a la plaza de tientas donde ya se encontrará un picador montado y con la puya preparada. El ganadero se situará en un sitio desde el que tenga un amplio ángulo de visión para poder captar cualquier detalle. Este estará acompañado por mayorales  que le irán dando datos genealógicos y de identificación de cada uno de los animales seleccionados. El propietario de la vacada irá tomando notas del comportamiento del animal desde que sale a la plaza hasta que es guardado de nuevo.



 Es fundamental que el picador esté colocado contra querencia, es decir, en sentido opuesto al resto del ganado, para evitar que en las reacciones del animal a tentar influyan agentes afectivos externos.

Una vez que está todo dispuesto, el ganadero ordena la suelta del primer animal. Para que todo se desarrolle como debe y para que puedan apreciarse todos y cada uno de los detalles no puede haber interferencias externas, por lo que es necesario silencio y quietud en todos los presentes.

Una vez que el animal se estrelle contra el caballo sufrirá´un puyazo leve, observándose de forma minuciosa la forma en la que empuja y "se crece" al castigo. Los toreros, a instancias del ganadero, retirarán a la vaquilla del caballo y la volverán a poner en suerte para que se repita la operación a la distancia y forma que se estime oportuna.

El número de acometidas y el estilo de pelear con el caballo de picar determinarán una calificación o "nota" de la cual quedará constancia en el libro de notas del ganadero. Es una primera nota, pero no la definitiva, puesto que la prueba final ha de pasarla la becerra ante la muleta del torero.



Una vez superada la prueba con el caballo es el turno para que los toreros invitados por el ganadero prueben a la becerra con los trastos propios del oficio. Estas tientas sirven no solo para que el ganadero compruebe la calidad de su ganado, sino también para que jóvenes toreros vayan tomando contacto con el ganado bravo, sirven de entrenamiento durante los meses en los que no hay temporada regular en España; sirve para volver a torear después de un percance, y a ellas acuden tanto figuras consagradas como muchachos que buscan su primera oportunidad...





Una vez que el animal ha cumplidos su cometido a juicio del ganadero, se ordena su vuelta al campo, y la forma en la que lo haga (rápida huida o siendo reacia a abandonar la paza y la pelea ) terminará de perfilar la nota que se adjudique.
Esto ocurre con las vacas...
Pero hay veces en las que se tientan machos, y aquí las formas cambian un poco. Cuando la tienta es de machos, no se muestra de salida ni capote ni muleta, al eral se le atrae mediante ramas de gran tamaño y se le coloca en suerte para que acuda al caballo. Para sacarlo del caballo, generalmente se hace "coleando" al animal. El becerro que se aprueba debe responder a las exigencia morfológicas de su encaste o reata, tener hechura armónica e inequívoco aspecto machuno. Una vez reunidas estas cualidad pasa por el caballo, y en caso de pasar la prueba con nota satisfactoria, puede ser toreado antes de echarlo a las vacas. En caso contrario pueden pasar dos cosas: que vuelva al campo sin ser toreado para pasar a formar parte de la camada, o ser aprovechado para la práctica del torero "quemándolo", es decir, inutilizándolo para la lidia.
De forma muy ocasional, alguna vez algunos de los toros que se han ganado el indulto durante la lidia ordinaria, son "tentados" y toreados en las ganaderías una vez se han recuperado para comprobar de nuevo las cualidades del animal, hecho que ha de producirse en todo caso pasado un tiempo considerable desde su indulto.
En cuanto a los criterios que el ganadero tiene en cuenta a la hora de poner nota a los ejemplares, sirva este ejemplo...



Existe otra forma de tentar, a campo abierto...
En este apartado nos encontramos con el acoso y derribo. Una vez seleccionados los ejemplares para el acoso y derribo, a cada animal lo perseguirá una collera, es decir, dos jinetes, armados con garrochas que irán acelerando progresivamente el galope hasta que uno de ellos, el de la derecha, se adelanta en carrera y le clava la garrocha en un lugar de los cuartos traseros del animal próximo a la penca del rabo, obligándole a caer. Cuando la res se levanta, el otro caballista o amparador, efectuará el correspondiente quite, evitando al propio tiempo la huida del recién derribado. La operación se repite varias veces, cambiándose las funciones de los integrantes de la collera, pasándose a continuación a la prueba del picador, colocado en medio del campo, contra querencia...


En algunos casos se torea a campo abierto, ofreciéndonos un espectáculo de enorme belleza, y en absoluto carente de dificultad...



Y esto ya es rizar el rizo...Aunque desde donde les escribo esta escena ya la hemos vivido antes...



Ensoñaciones a un lado, el hecho es que la tienta es una operación trascendental para una ganadería de bravo, siempre que el ganadero sea consciente de que su criterio servirá de base para la conservación y depuración de los valores biológicos específicos del toro bravo. Todo criador de reses bravas debe tratar la tienta con la máxima atención posible. Se trata de perfilar el futuro de la ganadería partiendo de las raíces del pasado, es decir, de seleccionar los elementos que garanticen la continuidad de la especie, en función de la carta genealógica y de las exigencias del aficionado.
A través de la tienta, el ganadero conserva o depura el encaste o encastes originarios de su ganadería...Pero como el tema de los encastes es bastante amplio, mejor lo dejamos para otro día...
Pasada la tienta, el destino del animal, vaca o macho, ya está elegido...